UN BROTE DE ESPERANZA PARA CUMPLIR UN SUEÑO
Delvalle, de 30 años, salió del país que la vio nacer por las necesidades que pasaba todos los días y abandonando el sueño de ser enfermera al no poder seguir pagando la universidad. La compra de alimentos se hacía más difícil cada día pues “si tenía para comprar un alimento, no me alcanzaba para el otro”. La situación, que ya no era tolerable para ella, la obligó a migrar junto a su hermano con lo poco que le quedaba hacía un rumbo desconocido.