UNA BUENA EDUCACIÓN, NECESITA UNA SANA ALIMENTACIÓN

El programa ‘La educación no puede esperar’, financiado por el Fondo Global de Educación en Emergencias de las Naciones Unidas y el Gobierno de Canadá, apoyado por World Vision, brinda raciones alimenticias a cientos de niñas y niños en distintas zonas del país, además de capacitar a docentes en el manejo de emociones y prevención de acoso escolar.

25-08-2023
Entregas de raciones de alimentos a niñas, niños y sus familias

En las zonas aledañas a Cúcuta, Riohacha y Medellín, cientos de niñas, niños y adolescentes, pertenecientes a población migrante, refugiada y de acogida, no cuentan con tres raciones de comida al día. Esta situación trae como consecuencia la desnutrición y la deserción escolar de estudiantes que por la falta de recursos económicos priorizan el ahorro en el hogar.

Adicional a ello, en las zonas fronterizas de Colombia, niñas y niños deben caminar largas distancias para llegar a una institución educativa y tomar un servicio público de la escuela para llegar a estudiar. Estos gastos, que parecen mínimos, afectan los recursos para la alimentación de las niñas y niños migrantes y refugiados.

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Raciones alimenticias y educación

A raíz de la situación, el programa ‘La educación no puede esperar’, implementado por la organización humanitaria World Vision en Antioquia, La Guajira y Norte de Santander, ha realizado las entregas de alimentos a las niñas y niños que participan de las metodologías de aceleración del aprendizaje y refuerzo escolar.

Estas estrategias de permanencia educativa buscan que las niñas y niños de primaria que tienen dificultades académicas puedan mejorar sus aprendizajes y nivelar sus conocimientos en materias como: lengua castellana, matemáticas y educación socioemocional. Esto a través de actividades diseñadas de acuerdo con sus estilos de aprendizaje.

En Riohacha y Maicao se entregaron más de 300 raciones a niñas y niños; mientras que en Cúcuta y Medellín, se entregaron 80 por ciudad. Más de 450 niñas y niños pertenecientes a población migrante, refugiada y de acogida ahora cuentan con alimentos como leche en polvo, cartón de huevos, arroz y otros granos en sus hogares.

Formación socioemocional para comunidad educativa

Por otro lado, y como parte de la respuesta integral que brinda el proyecto, se realizaron distintas jornadas con el cuerpo docente de distintas instituciones educativas con el objetivo de fortalecer las habilidades socioemocionales de las y los docentes para promover entornos seguros de aprendizaje para las niñas y niños tanto colombianos como refugiados, migrantes y de las comunidades de acogida.

Dentro de las sesiones de sensibilización, los profesores aprenden sobre el manejo de emociones, escucha activa, asertividad y manejo de conflictos por medio de actividades lúdicas. Esto permite una autoevaluación sobre las formas en las que pueden mejorar sus métodos de enseñanza con inclusión y cero discriminación.

Con estas acciones de entrega de alimentos y capacitación socioemocional a docentes, el proyecto busca mejorar el acceso a educación de calidad, protectora y equitativa para los niños, niñas y adolescentes refugiados, migrantes y de comunidades de acogida que no asisten a la escuela, y contar con un beneficio de largo impacto en sus comunidades.


Sobre ‘La educación no puede esperar’

‘La educación no puede esperar’ es una alianza financiada por Education Cannot Wait y la Embajada de Canadá en Colombia. Esta alianza es conformada por el Consejo Noruego para Refugiados (NRC), Fundación PLAN, Save the Children, World Vision y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) que se unen para trabajar por la educación de la niñez en nueve departamentos de Colombia. De forma articulada, promovemos el acceso a la educación de una manera equitativa y segura, con estándares de protección para mejorar el bienestar de la niñez migrante y de las comunidades de acogida.

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