“Tejiendo historias en medio del confinamiento” - Acciones colectivas para el fortalecimiento del tejido familiar y socioeconómico

Por: Katherine Maldonado, trabajadora social en World Vision Colombia

Desde la tierra de los mil colores para el mundo entero…  

En estos momentos de confinamiento a causa  de la COVID-19, La Guajira siendo uno de los departamentos donde habitan varias culturas, de las cuales, les da el nombre de una región pluriétnica, donde hay indígenas Wayúu, Wiwas, Kogui y sobre todo las comunidades afrodescendientes, permite conocer la simplicidad de cada una de estas poblaciones que demuestran grandeza sublime.

21-10-2020
En el trabajo social comunitario, visitar cada uno de los rincones del Departamento de La Guajira, no es un reto si no un privilegio.

Partiendo de la cosmovisión de la importancia del tejido como un arte milenario que realizan numerosos pueblos indígenas de América Latina, Word Visión, a través del Proyecto “Acceso a educación de calidad" desarrollado en conjunto con la organización Education Cannot Wait (La educación no puede esperar), ha querido resaltar las historias de los pueblos indígenas, afrodescendientes, colombianos retornados y migrantes, que a través de sus manos como única herramienta de trabajo construyen la historia que muchos en el mundo desconocen y no le dan la importancia que merece. Historias que han sido construidas con la autonomía propia de la cultura que es el tejido, donde plasman sus pensamientos que se trasciende de generación en generación.

En el trabajo social comunitario, visitar cada uno de los rincones del Departamento de La Guajira, no es un reto si no un privilegio, debido a que se conoce de cada uno de sus protagonistas y de su particular dialecto e historias que se enlazan entre generaciones, debido a que la  práctica del tejido  va más allá de la elaboración de majestosas obras de arte, aquí se esconde una enseñanza que viene de generaciones pasadas.

Tejer en medio del confinamiento es una estrategia pedagógica para identificar las dinámicas sociales familiares donde habitan las niñas, niños y adolescentes del proyecto ECW y así poder hacer una intervención con enfoque diferencial y de derechos. En contexto de la actual pandemia, las familias vivencian diferentes cambios que inciden en el buen desarrollo de la niñez.  Una de las evidencias factibles del significado del tejido para todas las poblaciones étnicas y afrodescendientes en el departamento de La Guajira, es que el tejido es vida, amor, unión y el impulso que permite el fortalecimiento de la economía del núcleo familiar, sobre todo en estos momentos que viven por la pandemia a nivel mundial.

Foto: Tejer en medio del confinamiento es una estrategia pedagógica para identificar las dinámicas sociales familiares donde habitan las niñas, niños y adolescentes del proyecto ECW.

Por eso profundizar en la técnica y elaboración del tejido en las niñas y mujeres wayúu, es un reto de enseñanza – aprendizaje, que comprende descubrir los movimientos artísticos que realizan con sus dedos, cada uno tiene un porqué y para qué, que va más allá de la ejecución, donde aprenden a conocer desde la sabiduría de la “Machón” (Abuela), las técnicas de cada una de las figuras y formas de la ejecución del tejido wayuu. Para ellos, hacer esta práctica les permitirá mantener lo autóctono de su cultura, a través de las generaciones, lo que les han permitido formarse y adentrarse a la nueva era de la globalización, basados en jamás perder lo que tradicionalmente han aprendido de sus ancestros pasados.

Desde el área de educación y protección,  conociendo la majestuosidad que hay en los pueblos del departamento de La Guajira, se continua fortaleciendo su proyecto en atención a los niños, niñas y jóvenes, a través de la focalización para identificar los lazos sociales y familiares,  que permita mantener un enfoque diferencial para poder constatar que están bien junto su núcleo familiar.

El equipo de trabajo de Word Visón en La Guajira, en desarrollo de la búsqueda de Tejiendo Historias, llegó a la zona rural dispersa del distrito de Riohacha y Maicao donde hay gran cantidad de población afrodescendiente, de este grupo poblacional las mujeres son las más destacadas, de ellas se desprende la habilidad para la elaboración de los trenzados, una técnica que realizan a diario para entretenerse durante el confinamiento.

Más que entretenerse y elaborar maravillosos trenzados, la técnica y diseño tiene su origen y tradición, basados según sus usos y costumbres adquiridos de largas generaciones, que les han permitido aprender elaborar majestuosos peinados solo con tejido de trenzas del cabello afro que caracteriza a los herederos de la afro-colombianidad en La Guajira.


Stefany, es una joven afrodescendiente, un vivo ejemplo de lo heredado de sus ancestros afrocolombianos, la destreza y facilidad en que sus dedos se entrelazan en el cabello de una niña a quien le elabora un peinado, narró lo siguiente: “yo aprendí observando como mis parientes hacían los tejidos de cabello, lo he memorizado desde niña y eso jamás lo olvidare, nos hemos visto afectados por la emergencia sanitaria, pero seguimos tejiendo en nuestras casas para no perder la tradición y así enseñarle a mi hija, estoy esperando que tenga 3 años para hacerle varios caminos”.

“Un buen peinado puede durar entre 8 días y hasta un mes, así las pelaitas se ven bien presentadas y aprenden que la trenza y el turbante son de nosotras las negras, con un buen turbante colorido nos empoderamos y nos sentimos imponentes, yo en este encierro he aprendido a hacer más caminos y obvio yo peino y me gano siempre pa´ la comida“, refiere Claudina, tía de Stefany, mientras prepara el aceite para peinar a su sobrina.

Para muchos lo desconocido es llamativo a conocer, es por eso, que conocer los secretos que guardan la elaboración de los tejidos del trenzado, es descubrir los caminos de la vida según la interpretación de aquella mujer que conjuga la agilidad de sus manos con la sabiduría que aprendió de sus ancestros, habilidad que sólo pueden poseer las mujeres afrodescendientes.

Foto: Conociendo el mundo sabio de las comunidades indígenas y afrodescendiente de la región, a través de Tejiendo Historias en medio del confinamiento por el COVID-19.

De la misma forma, las comunidades indígenas Wiwa, que habitan en La Guajira, conjugan lo espiritual con la construcción no solo del tejido sino de sus habilidades en la elaboración de sus artesanías, “nosotros construimos desde lo mínimo a lo máximo, es una transición que no solo le ocurre a nuestras mochilas elaboradas sino en nuestra sapiencia, porque es una conexión con nuestros ancestros y la naturaleza”, asegura  María Rodríguez Rosado, miembro de la comunidad indígena Wiwa.

Conociendo el mundo sabio de las comunidades indígenas y afrodescendiente de la región, a través de Tejiendo Historias en medio del confinamiento por el COVID-19, han hecho importantes entregas de materiales necesarios para poder continuar con la tradición del tejido de estas poblaciones étnicas. Además, de acuerdo al enfoque diferencial y basado en la cosmovisión de los pueblos indígenas Wayúu y Wiwa, para continuar con la elaboración de las mochilas, se les hizo entrega de kits de hilos coloridos para la producción artesanal, debido a que estas comunidades están  cumpliendo el aislamiento preventivo obligatorio para no ser contagiados con el virus y así, trabajar en familia, enseñándoles a las niñas y majayut (adolescentes).

En cambio para las comunidades afrodescendientes, continúan tejiendo sus trenzas como símbolo de fuerza y resistencia, que en medio del confinamiento les han servido para reencontrarse y fortalecer sus sabidurías que pretendían ser arrebatadas durante la época de la esclavitud. A este sector poblacional también se les entregó un kits completo para que continúen con su práctica y sabiduría en el tejido de trenzados, con el propósito de contribuir en el fortalecimiento de las tradiciones culturales de las comunidades afrodescendiente, sobre todo en estos momentos de pandemia.

Enfoque de género

Durante la entrega de los kits de producción artesanal, las comunidades indígenas y afrodescendientes, tenían una sola armonía y se pudo percibir que todos manejan las mismas similitudes como son la sabiduría y cosmovisión, preservar la cultura y enseñarles a las niñas y mujeres cualidades esenciales con las que construyen sus núcleos familiares.

Otras de las historias que se han tejido se basa sobre el fenómeno migratorio, tanto de venezolanos como colombianos retornados que viven con condiciones extremas de vulnerabilidad, de donde surgen historias de vida que sirven para poder construir una sociedad más justa. Niñas, niños y adolescentes de este sector poblacional que también forman parte de La Guajira, pudieron expresar a través de diferentes dibujos la unión de dos países hermanos que hoy más que nuca deben estar unidos en confinamiento por causa de la pandemia del COVID-19.

Contar las historias nunca cambia, sino la manera de contarlas, conocer lo empírico de cada una de las comunidades es un privilegio que sólo se puede saber si nos volvemos parte de su historia, de su sabiduría y sobre todo de lo ecuánime que se puede hacer por contribuir en la permanencia de sus tradiciones culturales, armonía familiar y prevención de situaciones de violencia.

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