RELATOS DE EMERGENCIA: LA VIDA TRAS UN HURACÁN

#EmergenciaIota #PorLosNiños

Jefferson Rodríguez, líder nacional de Fe y Desarrollo para World Vision Colombia, viajó al archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina luego del paso devastador del huracán Iota, de categoría 5, el primero en su tipo en impactar al país, dejando tras de sí un panorama desolador y daños catalogados como catastróficos.

08-12-2020
La actual emergencia climática sigue afectando a miles de familias con fuertes y constantes lluvias.

Según reportes, el paso del huracán Iota dejo la pérdida de cerca del 95 por ciento de las viviendas en los territorios más afectados del archipiélago, impactando por cerca de 9 horas a las comunidades con vientos de 240 km/ph, derrumbando no solo las paredes y techos de cientos de viviendas, también los sueños de miles de niñas, niños, adolescentes y sus familias, damnificados por la emergencia.

“Es impactante ver dos islas con todas sus casas destruidas, las cuales estaban construidas en madera y materiales que eran los acostumbrados en la región, con muchos colores, para atraer al turismo”, afirma Jerfferson tras los primeros días de recorrido por las comunidades afectadas en el archipiélago.

“El segundo impacto es reconocer la grandeza de la misericordia de Dios porque estamos frente a un milagro; un huracán que llego a categoría cinco, siendo la primera vez que está pasando por Colombia y por las islas, que pueda dejar tanto daño y no deje tanto daño en vidas con un reporte de solo cuatro personas muertas de una población de más o menos unas 6.000 personas en Providencia y de unas 600 personas en Santa Catalina”, añade Jefferson.

La actual emergencia climática sigue afectando a miles de familias con fuertes y constantes lluvias que afectan cada día más a las comunidades que están a la intemperie tras la pérdida de sus viviendas, como lo explica Jefferson a lo largo de su visita – “todos los días está lloviendo, a las personas no se les puede secar nada, ni la ropa ni los colchones, porque como no hay techos ni nada, mucha gente está botando lo poco que tienen porque se les ha venido dañando cada día. Realmente están necesitando una respuesta muy rápida en temas de infraestructura”.

Una escenario que además se ve agravado por múltiples saqueos en las comunidades, lo que generó una situación de desconfianza en las personas, dificultando esos primeros contactos con los afectados los cuales fueron posibles gracias al apoyo de iglesias y organizaciones basadas en la fe (OBFs) que le han permitido a World Vision realizar su evaluación inicial de afectación para la ejecución del plan de respuesta en un territorio nuevo para la organización.

“La compañía del pastor Rubén fue clave para que nuestro primer equipo de respuesta logrará conectarse con los primeros afectados de esta emergencia”, reafirma Jefferson.

La emergencia climática generalizada a nivel nacional lleva a World Vision a activar la Declaratoria de Emergencia - Categoría I, poniendo en marcha su plan de respuesta humanitaria. Una iniciativa con la cual se ejecutarán acciones de respuesta en los departamentos de mayor afectación del país e identificados por la ONG tras su evaluación de vulnerabilidad: Norte de Santander, Santander, La Guajira, Atlántico, Antioquia, Chocó y el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.

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