Para la educación “la hora es ahora”

Dentro de la implementación del proyecto “La Educación No Puede Esperar”, en la ciudad de Cúcuta, se adelantó la campaña “la hora es ahora de retorno al aprendizaje”  en las Instituciones Educativas Jaime Garzón y Mariano Ospina Rodríguez, convocando a 240 estudiantes, docentes y padres de familia.

26-10-2019
Campaña "La hora es ahora de retorno al aprendizaje" en Cúcuta

La campaña sensibilizó a la comunidad sobre la importancia y necesidad de una niñez con acceso a la educación, motivando a las madres, padres y cuidadores a dar continuidad a los procesos de escolares de sus hijos, en el marco del proyecto La Educación No Puede Esperar.

Dentro de las jornadas de sensibilización, se realizó entrega de kits (agenda, lapicero, reloj y botón) a las niñas y niños, como material simbólico para socializar el proyecto de educación en emergencia adelantado por World Vision Colombia, Save The Children, Fundación Plan, el Grupo Interagencial sobre Flujos Migratorios Mixtos (GIFMM), el Consejo Noruego para Refugiados y el Ministerio de Educación Nacional.

El proyecto “La educación no puede esperar” (ECW, en inglés) es el primer fondo global dedicado a la transformación de la educación en respuesta a las situaciones de emergencia, reuniendo en un solo fondo al gobierno, los agentes humanitarios y las actividades de desarrollo para lograr una respuesta más colaborativa y rápida a las necesidades educativas de niñas, niños y adolescentes afectados por distintas crisis en el mundo.

ECW es una iniciativa bajo el marco del proyecto “Aumentar el acceso a una educación de calidad para los refugiados / migrantes venezolanos y los niños de la comunidad de acogida”, el cual tiene como objetivo contribuir al incremento del acceso a la educación de manera equitativa, segura, con estándares de protección y mejorar el bienestar de refugiados venezolanos, niñas y niños migrantes, así como comunidades receptoras.

El mandato de ECW gira en 5 puntos principales:

  1. Inspirar el compromiso político para que tanto los gobiernos como los financiadores consideren la educación como una prioridad absoluta durante las crisis.
  2. Generar fondos adicionales para ayudar a cerrar el déficit de financiación de $8.500 millones de dólares necesarios para llegar a 75 millones de niños y jóvenes.
  3. Planificar y responder en colaboración, haciendo especial hincapié en el apoyo a programas que permitan a los agentes humanitarios y de desarrollo trabajar juntos en la consecución de objetivos comunes.
  4. Fortalecer la capacidad de respuesta a las crisis, a nivel nacional y mundial, incluida la capacidad de coordinar el apoyo de emergencia.
  5. Mejorar la rendición de cuentas mediante el desarrollo y el intercambio de conocimientos, incluida la recopilación de datos más sólidos a fin de tomar decisiones de inversión mejor informadas, y el conocimiento de lo que funciona y lo que no funciona.
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