EL IMPACTO DE LA MIGRACIÓN: ESPERANZA Y DETERMINACIÓN PARA SOBREVIVIR A LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Karen*, de 32 años y madre de 4 adolescentes, es hija, hermana, compañera, vecina y una mujer migrante que llegó hace 5 años a Arauca en compañía de sus 3 hijos varones de 11, 9 y 7 años y su hija de 12 años. En ese momento, tomó la decisión de salir del estado Guárico (Venezuela) hasta Arauca, debido a las dificultades económicas y sociales, pero sobre todo, quería salir huyendo de la violencia de género ejercida por parte de su expareja y padre de sus hijos, siempre en la búsqueda de oportunidades y una mejor calidad de vida. Conoce su historia.

 

17-07-2023
Karen*, de 32 años participó en jornadas de atención psicosocial con A tu lado
“No tenía nada que perder y mucho que ganar, pues hasta mi dignidad había perdido con el trato de este señor (ex pareja), me armé de valor; me dije a mi misma que yo era capaz con mis hijos sola y a pesar de que no contaba con ningún conocido en esa ciudad, me aventé y llegué por uno de los pasos en canoa porque no se podía por el puente ya que no tenía pasaporte. Ese día llegamos en la madrugada y yo tenía mucho miedo, pues me habían contado que por ahí hay personas de esas malas que hay aquí. Afortunadamente ahí al pasar el río, me encontré con una persona que conocía de allá del pueblo donde yo era y él me ayudó. Ese día busqué un lugar para quedarnos, un ranchito que alguien me alquiló por días y ahí comenzó todo desde cero, durmiendo en el suelo, vendiendo golosinas, limones en las calles, en los semáforos, donde pudiera para poder alimentar a mis hijos” .

Karen* siempre había trabajado en Venezuela como ama de casa y había aprendido el arte de la pastelería y repostería. En su tiempo libre, le gustaba hacer tortas de cumpleaños por encargos. Un día, Karen* se hizo amiga de una señora que trabajaba en una panadería y le dió la oportunidad de trabajar como asistente. Ella tenía claro que quería continuar con su emprendimiento y seguir su propio camino; pero sobre todo quería mejorar las condiciones en las que vivía con sus hijos.

Te puede interesar: RESILIENCIA Y ESFUERZO PARA NAVEGAR EN MEDIO DE LA TORMENTA

Un día, sus 2 hijos mayores le informaron que querían quedarse con su padre, porque este les ofrecía mejores condiciones. Para Karen esta noticia fue devastadora, sin embargo, al final esto no ocurrió y sus tres hijos varones actualmente se encuentran con ella.

“Pues para mí fue muy duro porque yo al principio me sentía como emocionada, pero después empecé a sentir que me hacía falta mi familia, en especial mi mamá, que siempre está ahí para apoyarme y es por ella también que estoy aquí, pues ahora está muy enferma y debo enviarle dinero para los medicamentos. A veces me estreso porque actualmente gano muy poco y eso no me alcanza y mis hijos están creciendo y comen mucho y hay veces en que no como bien para que ellos puedan comer.so me ha tenido agobiada y también tengo problemas con mi nueva pareja ya que es muy celoso y a veces siento que no le caen mis hijos” .

Desde hace dos meses Karen* asistió al llamado de su comunidad para participar en una jornada de servicios en salud sexual y reproductiva, salud mental, acompañamiento psicosocial y protección que se llevó a cabo desde el proyecto “A tu lado” con el apoyo de la Unión Europea, World Vision, HIAS y Profamilia en la comunidad Villa Isabela. Ella logró acceder al servicio de salud mental y desde entonces, participa en sesiones individuales con el acompañamiento de una psicóloga de HIAS.

“Para nosotros en el barrio es muy valioso que nos lleven jornadas a la comunidad, poder contar con los servicios que brinda el proyecto A tu lado es una gran oferta , pues a veces estamos tan ocupados trabajando o enfermos que no tenemos tiempo para acudir a una cita para citología que lo orienten, o para una charla que le ayude a uno a organizar los pensamientos a tomar decisiones. Gracias al apoyo que he recibido desde lo psicológico me he sentido diferente, ahora pienso más en mi, me arreglo más, ya estoy en terapias físicas para el problema de la cadera y ya no me estreso tanto con los problemas de la casa”.

*Los nombres fueron cambiados para protección de la protagonista

Suscríbete a nuestro boletín