BUENAS PRÁCTICAS DE HIGIENE PARA LA PROTECCIÓN DE LA NIÑEZ
Según la Organización Mundial de la Salud, más de 432.000 muertes en el mundo son consecuencia del consumo de agua no potable y prácticas de saneamiento e higiene deficientes. Ante esta realidad, en Norte de Santander y La Guajira se desarrollan actividades lúdico-pedagógicas para fortalecer las de capacidades de las niñas, niños y adolescentes en temáticas relacionadas al lavado de manos, el correcto almacenamiento de las basuras y la importancia de la limpieza de los alimentos.
En el marco del proyecto ‘La Educación no pude esperar’, llevado a cabo por World Vision, con el apoyo de Education Cannot Wait, se han llevado a cabo distintos talleres en instituciones educativas y espacios amigables para la niñez con el objetivo de promover las buenas prácticas de agua, saneamiento e higiene con población migrante, retornada y de acogida en Cúcuta, Riohacha y Maicao.
Durante las capacitaciones más de 160 participantes, entre los que se encontraban docentes y estudiantes de los espacios liderados por la organización internacional, se resaltó cómo lavarse las manos regularmente con agua limpia y jabón es una de las principales maneras de eliminar patógenos, además de prevenir y contagiar a otras personas con distintas enfermedades.
Por medio de la entrega de puntos ecológicos, las niñas y niños también refuerzan sus conocimientos en la gestión integral de residuos que benefician al planeta como las 3R (Reducir, Reutilizar y Reciclar) para la disminución de residuos sólidos, el incremento de la calidad del suelo y la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, mejorando así la calidad de aire.
Adicional a ello, se compartió, junto con los docentes, los cuidados que se deben seguir teniendo en cuenta para la prevención del COVID-19 y la responsabilidad de evitar que el virus continúe activo en las comunidades.
“Entre las tres prácticas fundamentales para prevenir el COVID-19, se encuentra el lavado de manos constante, uso de tapabocas y desinfectar utensilios escolares y todo lo que esté dentro del aula”, Jessica Fernanda, docente del grado transición.
World Vision, mediante el proyecto ‘La Educación no pude esperar’, integra conocimientos a la niñez y adolescencia, por la que trabaja día a día, con el objetivo de que puedan vivir sus vidas a plenitud y puedan acceder a buenas practicas que les permitan mejorar su salud e incrementar sus capacidades.
‘La Educación no puede esperar’ es una alianza financiada por Education Cannot Wait, conformada por el Consejo Noruego para Refugiados (NRC), Fundación PLAN, Save the Children, UNICEF Colombia y World Vision, quienes se unen para trabajar por la educación de la niñez en nueve departamentos de Colombia. De forma articulada se promueve el acceso a la educación de manera equitativa y segura, con estándares de protección para mejorar el bienestar de la niñez migrante, colombianos retornados y de las comunidades de acogida.
Sobre World Vision
World Vision es una organización global de desarrollo, ayuda humanitaria y Advocacy (incidencia política y movilización), de principios cristianos, centrada en ayudar a las niñas y niños más vulnerables a superar la pobreza y experimentar la plenitud de la vida, sin distinción política, religiosa, de raza, etnia o género. En Colombia, World Vision tiene presencia nacional hace 43 años, acompañando la infancia y la adolescencia de miles de colombianos, desde dos enfoques: bienestar y protección integral con ternura.
