PINTANDO UN NUEVO AÑO DE ESPERANZA

Por medio de distintas expresiones artísticas los adolescentes y jóvenes en un barrio de Bucaramanga aprenden y reflexionan sobre sus vidas durante la pandemia.

16-01-2021
Dentro del club, los líderes y voluntarios de World Vision exploran con los adolescentes y jóvenes diferentes técnicas y elementos del arte.

Con el propósito de fortalecer una cultura de paz y no violencia, World Vision realiza jornadas llenas de pinturas, colores y creatividad en el barrio El Mirador de Piedecuesta, Bucaramanga. En este pequeño pero significativo club que se lleva a cabo en espacios seguros participan activamente 12 adolescentes y jóvenes del sector.

Cada vez que se desarrollan estas jornadas se comparte y se aprende por medio del arte. Expresar los sentimientos y situaciones difíciles por las que estos jóvenes han tenido que pasar debido a la pandemia, también hace parte de los talleres, en los que se cuenta con todas las medidas de bioseguridad.

La ONG acompaña este espacio, permitiéndole a los asistentes distintas formas en las que el arte puede ser parte de sus vidas, tal y como comenta María Guadalupe de 14 años:

“Me gusta participar del curso de pintura porque he podido aprender que el arte sirve para muchas cosas, el arte es una profesión que uno realiza con amor, que lo disfruta. El arte es un logro y hace parte de la vida de los seres humanos, en cualquier momento podemos utilizar el arte. El arte nos enseña valores y es muy hermoso”.

Dentro del club, los líderes y voluntarios de World Vision exploran con los adolescentres y jóvenes difetentes técnicas y elementos del arte para reconocer las distintas formas de expresión a partir de las cuales pueden dejar volar su imaginación.

Por ejemplo, en uno de los talleres, los jóvenes, con la ayuda de un profesional, realizaron cuadros con la técnica splash de color, en la que por medio de un tornamesa eléctrico y una caja podían escogían colores dejándolos caer en el papel para dar un efecto estrella.

La meta al finalizar el club es que por medio de las habilidades y técnicas aprendidas puedan hacer murales en el barrio El Mirador, y además realizar una galería de arte, donde muestren a sus vecinos y familiares pinturas de su propia autoria.

“Participar del grupo de pintura me ha ayudado a compartir mejor el tiempo, he aprendido que el arte son los sueños que uno quiera plasmar y realizar. Me siento feliz porque cada día puedo aprender más y más y enseñarle a las personas”.  David, 12 años.

La ONG internacional sigue promoviendo espacios de aprendizaje para que la niñez y la juventud puedan expresarse sin temor y aprender del arte; pues, según la UNESCO “la educación artística desempeña una función importante en la transformación de los sistemas educativos y contribuye directamente a la solución de los problemas sociales y culturales que afronta el mundo contemporáneo”.

Suscríbete a nuestro boletín