MANOS QUE TRANSFORMAN

Luz Yeraldine es una mujer migrante de 37 años de profesión docente en educación media. En Venezuela, trabajó en atención al cliente de una compañía telefónica durante cinco años, pues luego de ejercer un tiempo su profesión, se vio obligada a buscar otro empleo. La razón: el pago mal remunerado de la docencia.

A pesar de ello, con la liquidación que obtuvo, compró una camioneta para trabajar como taxista, se casó, y encontró estabilidad en su vida. Sin embargo, en sus palabras “mi esposo tuvo un accidente cuando trabajaba en el carro y falleció. Fue muy duro y doloroso, pues quedé viuda, con mis dos hijos y sin trabajo. Todo lo que tenía se derrumbó”.

Así, Yeraldine trató de buscar nuevas oportunidades y trabajo en Valencia (Venezuela), su lugar de origen, pero las circunstancias no estuvieron a su favor. Esto la lleva a tomar la decisión de emprender su camino a Colombia en el 2020, pues como ella misma lo expresa “no pude más”.

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Contactó a una persona que conocía y que sabía vivía en Soacha, Cundinamarca. Su objetivo era poder tener un lugar al cual llegar con sus hijos, quienes para ese momento, tenían tan solo ocho y tres años de edad. Sin embargo, luego de emprender el recorrido de más de 23 horas, se encontró con una realidad que no esperaba. “En ese lugar vivían personas borrachas y fumaban mucho y ese era un ambiente que yo no quería para mis hijos”.

Preguntó en los alrededores y una mujer le alquiló un espacio para arrendar. Con ella, inició a trabajar en un restaurante cubriendo un turno de por medio para no dejar solos a sus hijos y poder cuidarlos.

Yeraldine siempre buscó la manera de poder sostenerse por sus propios medios para que sus ganancias fueran para el cuidado de su familia. Ha vendido gelatinas, trabajado en diferentes restaurantes pero nunca tuvo la oportunidad de tener un negocio propio. Fue allí, cuando se encontraba en esta búsqueda, que llegó VenEsperanza a su vida a través de World Vision.

Este programa tiene como objetivo brindar asistencia humanitaria a migrantes, retornados y comunidades de acogida, además de implementar una metodología encaminada a la creación de emprendimientos y grupos de ahorro que permitan generar ingresos a las familias con estos medios de vida. “Me incorporé al programa de emprendimiento y en estas clases fue que tuve mi idea de negocio ‘Postres Isabella’, en honor a mi hija. Poco a poco he ido perfeccionando mis recetas y desarrollando mi proyecto. Con VenEsperanza pude adquirir conocimientos de educación financiera y pude estudiar a la competencia. Por eso, puedo ofrecerlo más económico y de mejor calidad”.

Hoy en día, Yeraldine es conocida en su comunidad por el sabor y precio de sus postres. Se proyecta a largo plazo en comercializar su producto y lograr posicionarlo en el mercado con presentaciones que van desde porciones individuales, hasta yogures especializados para todo público.

Yeraldine sigue asistiendo a las jornadas de emprendimiento con VenEsperanza y espera poder seguir aprendiendo con sus compañeros las mejores formas de formar su negocio y construir sus sueños.

*VenEsperanza es un programa que proporciona asistencia humanitaria a las personas migrantes y refugiadas venezolanas, colombianos retornados y miembros de las comunidades de acogida en Colombia. Este es un programa gratuito que es posible gracias al apoyo de USAID / Bureau de Asistencia Humanitaria junto con las organizaciones humanitarias: Comité Internacional de Rescate, Mercy Corps, Save the Children y World Vision en apoyo a la respuesta humanitaria del Gobierno Nacional de Colombia.

Sobre World Vision

World Vision es una organización global de desarrollo, ayuda humanitaria y Advocacy (incidencia política y movilización), de principios cristianos, centrada en ayudar a las niñas y niños más vulnerables a superar la pobreza y experimentar la plenitud de la vida, sin distinción política, religiosa, de raza, etnia o género. En Colombia, World Vision tiene presencia nacional hace 43 años, acompañando la infancia y la adolescencia de miles de colombianos, desde dos enfoques: bienestar y protección integral con ternura.