FORTALECIENDO EMPRENDIMIENTOS CON ESPERANZA SIN FRONTERAS

Isabel es una madre migrante de 44 años. Llegó hace 16 años a Colombiase instaló en el 2017 en Barrancabermeja, Santander, con el apoyo de una hermana que vive en Bucaramanga. Empezó a vivir en una casa de familia como señora de servicios generales. Sin embargo, no se quedó mucho tiempo pues tenía la idea de poder generar sus propios ingresos y construir un negocio.

Comenzó vendiendo tintos (café) en el parque central y, en ese tiempo, fue una de las primeras mujeres que empezó con esta venta que se haría popular tiempo después en las plazas de mercado o lugares con gran afluencia de personas. Aunque todo marchaba bien, Isabel se cansó de los comentarios hirientes por el hecho de ser venezolana. “Me decían comentarios malos, pero a pesar de eso, no paré. Empecé a vender flautas (tortillas de harina enrollada y frita) al frente de mi casa. Sin embargo, las vecinas me alentaron a más. Me decían, ‘tú tienes mucha sazón, porque no haces empanadas venezolanas’. Pero yo no sabía cómo hacerlas”.

Isabel no se dejó vencer por el desconocimiento y aprendió a realizar este nuevo plato que sería lo que la llevaría a formar su primer emprendimiento: Empanadas de pabellón, la mona.

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“Hice empanadas de pabellón que son como una bandeja paisa en una empanada. Me fui a una competencia de empanadas hace ya más de tres años y quedé en segundo lugar. En este negocio trabaja mi hija que es la imagen y quien me ayuda atender; mi hija menor que hace las salsas, mi yerno que hace los domicilios, y yo, quien elabora los productos y atiende”.

El proyecto Esperanza Sin Fronteras también apoya a aquellas familias o líderes de hogar que han iniciado procesos de integración socioeconómica través de la puesta en marcha de sus ideas de negocio y/o emprendimientos y que lo han complementado con formación en micro finanzas dirigidos por actores locales en sus territorios. Fue de esta manera que Isabel conoció del proyecto y pudo continuar fortaleciendo su negocio.

“Conocí de World Vision porque sabía que daban ayuda humanitaria y fue muy grato conocer que estaban buscando mujeres venezolanas que tuvieran sus ideas de negocio o emprendimientos para poder fortalecerlo. Por eso cuando me llamaron, yo no sabía que decir, pero le dije a mis hijas, sí quedé. Solo me temblaba todo el cuerpo de la alegría”.

Como Isabel muchas mujeres y hombres han podido fortalecer sus emprendimientos y fortalecer sus ideas de negocio para llevarlas a la realidad. En Santander, ya son más de 86 participantes en el componente de integración económica del proyecto.

“Hay mujeres emprendedoras que cuando les dan un beneficio lo ven como una oportunidad, porque sabemos en qué utilizarlo, cómo invertirlo y las metas que uno quiere. Por ejemplo, yo quiero poner algo más grande, algo que se llene. Tener mi propio restaurante para dar homenaje a este país hermano que me recibió con los brazos abiertos, con el sazón venezolano”.

Isabel actualmente cuenta con dos puestos en Barrancabermeja y se encuentra participando de capacitaciones de talleres de vivienda digna y segura, crianza con ternura, orientación legal y, finalmente, módulos de micro-finanzas (ahorro, presupuesto y sistema financiero colombiano) para continuar con su negocio y fortalecer sus habilidades para la vida.

Sobre World Vision

World Vision es una organización global de desarrollo, ayuda humanitaria, Advocacy (incidencia política y movilización), promotora de la justicia y de principios cristianos, centrada en la protección integral con ternura de las niñas y niños más vulnerables, incidiendo en la superación de la pobreza extrema, la plenitud de la vida y la transformación humana.