Eliminar las violencias desde la crianza

- Anna Grellert, asesora regional para el Desarrollo Integral de Niñez de World Vision América Latina y el Caribe, y experta en metodología “Crianza con Ternura”, realizó su charla “Eliminar las violencias desde las crianza”.

23-05-2019
Anna Grellert, asesora regional para el Desarrollo Integral de Niñez de World Vision América Latina y el Caribe.

El pasado 22 de mayo, se llevó a cabo el conversatorio “Eliminar las violencias desde la crianza” dirigido por Anna Grellert, asesora de Desarrollo Integral de la Niñez de la Oficina Regional de World Vision América Latina y Caribe y coautora de “Crianza con Ternura”.

Con la participación de aproximadamente de 20 representantes de entidades de gobierno, OBF’s e iglesias, se llevó a cabo la charla donde se explicó la metodología “Crianza con Ternura” y cómo se convierte en una herramienta importante para erradicar dinámicas violentas como el castigo físico y humillante dentro de los procesos de crianza de niñas, niños y adolescentes.

Según Grellert, la metodología surge 5 años atrás al plantearse de qué forma la ternura puede ser un mediador de los procesos de crecimiento de las niñas, niños y adolescentes; cuestionamiento que la llevo a desarrollar una investigación multidisciplinaria, relacionando conceptos artísticos, pedagógicos, literarios, académicos, teológicos y científicos, tomados desde la neurociencia, para establecer una metodología unificada de crianza y cuidado.

Durante la investigación, se estableció que son las dinámicas de cuidado las que generar vínculos entre las personas, lo que permite fijar relaciones basadas en la ternura.

“La ternura es el efecto del emocional primario del acto de cuidar, generando dinámicas químicas en el cerebro que permiten al sujeto sentir serenidad, calma, apertura a las caricias para construcción de vínculos, disposición al juego y la capacidad de sorprenderse”, aseguró la autora Grellert, al recordar los aportes que le presentaron las neurociencias a la investigación.

Al definir los principios fundamentales de “Crianza con Ternura”, dentro de la dinámica del conversatorio, la investigadora fue clara al fijar tres pilares fundamentales para las personas: las relaciones, las interacciones y las condiciones.

  • Las relaciones deberán ser cercanas, reciprocas, simétricas, dialógicas, empáticas y responsivas.
  • Las interacciones deben mediar, desde la ternura, la forma de escuchar, hablar, mirar, tocar, sentir, comprender y acercarse al otro.
  • Las condiciones deben ser definidas desde las dinámicas del cuidado y la predisposición a la acción de cuidar a otro.

Al cuestionarle a la investigadora sobre la experiencia y hallazgos encontrados en el trabajo en campo con las comunidades vulnerables en América Latina, Grellert sorprendió a los participantes al asegurar que en la gran mayoría de casos, la ternura se relaciona directamente con situaciones traumáticas vividas por las personas.

Dentro de la investigación se pudo establecer que la experiencia de amor se ve permeada por el sufrimiento, el dolor y, en ocasiones, la violencia, lo que hace que en el sujeto, sea niña, niño o adolescente, la familia se alce como el lugar donde él o ella se sienten más amados y a la vez más amenazados.

Desde este planteamiento, “Crianza con Ternura” tiene un objetivo principal, cuidar el núcleo esencial de la niña, niño y adolescente, y su espíritu, pues integra todos sus aspectos, desde la salud física y mental hasta la emocional.

En un segundo momento del conversatorio, surgió la pregunta ¿cómo repensar los procesos de crianza sin tener inmersas dinámicas de represión o castigo?, a lo que Grellert reflexionó sobre los tres principios que definen los pasos metodológicos de “Crianza con Ternura”:

Restauración – Liberación – Transformación

“La convivencia del amor y el maltrato genera en las personas bloqueos para entender la ternura, pues para esto se debe estar dispuesto, superando las heridas y asumiendo el sufrimiento vivido, como primer paso para establecer un proceso de restauración”, afirmó Grellert.

De este principio de restauración surge una de las herramientas de “Crianza con Ternura”, la cual fue denominada por la investigadora como el “Bálsamo de la Ternura”, que permite asumir una herida o sufrimiento, reflexionar sobre ella y trascenderla, superando sus causas.

Luego, se inicia el principio de liberación. Explicado por Grellert, - en la medida que se van restaurando las heridas que secuestran la ternura en cada persona, se genera procesos de apertura para acogerla dentro de las dinámicas de crianza, permitiéndole al sujeto establecer relacionamientos e interacciones con otros basados en este sentimiento, y comprometiéndolo a replicar ese sentir. -  

Por último, se encuentra el principio de transformación, el cual se da desde la aceptación de la ternura como el enlace guía en todas las relaciones e interacciones de vida. Lo que permite establecer procesos de identificación de momentos propios donde la ternura es la base y el sentimiento de dicha relación. 

En la parte final de la jornada, se reflexionó sobre cómo la metodología de “Crianza con Ternura” puede ser aplicada en acciones y programas concisos con niñas, niños y adolescentes, cuestionamiento que llevo a analizar los elementos previos necesarios para poder construir el escenario ideal de aplicación de la metodología.

Para esto se planteó un debate sobre la equidad de género en las dinámicas de cuidado, la economía del cuidado y las brechas de roles en los núcleos familiares dentro de los procesos de cuidado.

Además, Grellert aseguró que también se debe tener presente las desigualdades afectivas que se evidencian en las niñez latinoamericana, donde las niñas, niños y adolescentes en menor situación de vulnerabilidad cuentan con la ternura de 10 cuidadores para sus procesos de crianza, mientras que la niñez con mayor vulnerabilidad debe compartir la ternura de un solo cuidador con otros 10 sujetos más.

Cerrando el diálogo, los participantes preguntaron sobre cuáles serían los retos a afrontar por la metodología de “Crianza con Ternura” al momento de ser aplicada, a lo que la investigadora contestó que uno de los principales es el romper el paradigma de la ternura asociada a lo delicado, lo carente de fuerza o autoridad e incluso a lo ingenuo, lo cual iría en contravía del rol de un cuidador en el proceso de crianza de una niña, niño o adolescente.

Desde lo técnico, también se deberá afrontar la asociación de la ternura con temas de género, pues es relacionada solo con el sentir de las mujeres y no con el de los hombres; con temas generacionales, pues se asocia a la ternura solo con el sentir de las niñas y niños, dejando de lado procesos de cuidado de adolescentes, jóvenes, adultos e incluso personas de la tercera edad; y con temas de temporalidad, pues para aplicar la “Crianza con Ternura” las personas deben darse el tiempo que demanda el proceso de cuidado.

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