Con donación de instrumentos, niños y niñas fortalecen su formación musical
World Vision Colombia y Fundación Nacional Batuta se unen para llevar música a la niñez más vulnerable de Santander. Con la entrega de instrumentos musicales, y juegos didácticos, podrán descubrir nuevas habilidades y talentos.
Las comunidades más vulnerables del municipio de Piedecuesta, en Santander, recibieron 1600 instrumentos, incluyendo xilófonos, tambores y guitarras; por parte de la ONG World Vision Colombia, con el propósito que cerca de 4.700 niños y niñas puedan desarrollar capacidades por medio de la estimulación musical. Así mismo, se busca que puedan aprovechar su tiempo libre y fortalecer sus habilidades artísticas.
El contacto con la música, según expertos en el tema, le permite a la primera infancia mejorar su capacidad intelectual, motriz, auditiva, sensorial y del habla; e igualmente hace que los niños y niñas tengan procesos de aprendizaje en los que interpretan de forma más rápida los conocimientos que van adquiriendo. Es por eso que en asocio con la Fundación Nacional Batuta, la población que ha recibido los instrumentos también podrá recibir talleres para hacer posible, que a través de la música, puedan conseguir todos estos beneficios.
“Me parece un excelente regalo porque ahora los niños pueden estimular sus capacidades de inteligencia y se distraen con algo positivo. Eso nos alegra mucho a los padres porque preferimos que ellos estén ocupados con una guitarra y no en la calle”, dijo Estela, madre de uno de los adolescentes favorecidos con la entrega.
World Vision también entregó juegos lúdicos y didácticos a 1250 niños y niñas, entre los 6 y 11 años de edad, del municipio de Floridablanca. Al igual que en Piedecuesta, con estas donaciones se espera que puedan aumentar su creatividad, su capacidad de integrarse con los demás y aprovechar su tiempo de la mejor manera, así como también fortalecer los lazos afectivos con sus padres gracias a los espacios que pueden compartir mediante el juego.
De esta forma, la música y el juego se convierten en caminos posibles para que la niñez más vulnerable de Santander encuentre una oportunidad para construir proyectos de vida aisladosde la violencia y de los factores negativos propios de su contexto.
