160 UNIFORMES ESCOLARES PARA LA NIÑEZ DE NORTE DE SANTANDER
Uno de los objetivos del proyecto ‘La educación no puede esperar’, con el apoyo de Education Cannot Wait y World Vision, es dotar a las y los estudiantes que se encuentran en la modalidad de aceleración del aprendizaje con los uniformes escolares para promover la permanencia, la integración e igualdad de condiciones al interior de la institución educativa.
La entrega de uniformes de educación física se llevó a cabo en el mes de abril en cuatro instituciones educativas madrinas del proyecto ‘La educación no puede esperar’. De esta forma, los estudiantes entre los 9 y 14 años de edad, quienes son migrantes venezolanos, retornados colombianos y comunidad de acogida, pueden sentirse parte de la institución educativa.
La entrega de los uniformes escolares a la población más vulnerable, reduce la tasa de abandono escolar y la discriminación de los alumnos, permite mejorar su autoestima, crea un sentido de pertenencia con la institución educativa, mejora el rendimiento del estudiante y contribuye a la igualdad de condiciones.
Eso, sin mencionar que el apoyo por la organización humanitaria alivia los gastos propios de la compra de uniformes escolares. Según un estudio de una empresa de pagos transfronterizo, Worldremit, el 129% de los ingresos de las madres, padres y/o cuidadores promedio es utilizado en la adquisición de útiles escolares; entre ellos, el 60% de este total es para los uniformes. El costo aproximado de un niño para regresar a clases es de más de $1.000.000 según Portafolio.
Sin embargo, la realidad de muchas familias migrantes, retornadas y de acogida es la dificultad económica que enfrentan en cuanto al desempleo, la informalidad, los bajos recursos y los altos costos que requiere la familia para el sostenimiento de sus hijas e hijos en el sistema educativo, entre los que se incluye el traslado a la institución educativa.
Capacitaciones a padres, madres y cuidadores
Para apoyar a las familias e invitarlas a priorizar el derecho a la educación de sus hijos, 139 madres, padres y cuidadores participaron de tres capacitaciones basadas en el modelo de crianza con ternura de World Vision.
Las capacitaciones tienen el objetivo de que los padres fortalezcan las estrategias de acompañamiento basadas en la ternura y el amor, para que las utilicen en la crianza de las niñas y niños. De esta manera se invita a la eliminación de la violencia y el maltrato, sensibilizando sobre el daño o consecuencias ocasionadas por las experiencias adversas durante la infancia, en aras de que reconozcan la necesidad de cambiar los métodos de crianza autoritarios, donde se utiliza el castigo físico y emocional, ya que afectan la salud mental e integridad de las niñas y los niños.
‘La Educación no puede esperar’ es una alianza financiada por Education Cannot Wait, conformada por el Consejo Noruego para Refugiados (NRC), Fundación PLAN, Save the Children, UNICEF Colombia y World Vision, quienes se unen para trabajar por la educación de la niñez en nueve departamentos de Colombia. De forma articulada se promueve el acceso a la educación de manera equitativa y segura, con estándares de protección para mejorar el bienestar de la niñez migrante, colombianos retornados y de las comunidades de acogida.
Sobre World Vision
World Vision es una organización global de desarrollo, ayuda humanitaria y Advocacy (incidencia política y movilización), de principios cristianos, centrada en ayudar a las niñas y niños más vulnerables a superar la pobreza y experimentar la plenitud de la vida, sin distinción política, religiosa, de raza, etnia o género. En Colombia, World Vision tiene presencia nacional hace 43 años, acompañando la infancia y la adolescencia de miles de colombianos, desde dos enfoques: bienestar y protección integral con ternura.
